Aqui puedes ver su maravilloso trabajo
Habitaciones cuyo mobiliario tiene una presencia física, casi viva, escaleras que no llevan a ninguna parte, puertas mostradas en clave de enigma, personajes etéreos que se diluyen con el fondo del cuadro despareciendo ante nuestros ojos como el gato de Chesire, detalles arquitectónicos ejecutados con precisión geométrica y paisajes evanescentes.
El mundo de Peter Milton es la recreación de un pasado inventado transportado como si fuera un ensueño al presente, en un juego de ilusionismo que consiste en crear capas movedizas de significados.
El mismo artista se autodefine como una especie de mago: “I find my reward in the unexpected pleasures of a surprising and mysterious effect, when all the knowns have finally, magically combined, to produce a completely unknown, magical end”
Milton estudió en la escuela de Arte y Arquitectura de Yale en los años cincuenta y tuvo como profesor a Josef Albers. Aunque en un principio sus creaciones eran en color pronto se dedicó exclusivamente al blanco y negro al descubrir que padecía daltonismo. Desde entonces ha realizado numerosas series de litografías y dibujos en los que, como Robert Rauschenberg o Andy Warhol incorpora fotografías, en este caso de finales del siglo XIX y principios del XX.
Pero a diferencia de los artistas antes citados, Milton utiliza las fotografías extraídas de su colección personal de estampas nostálgicas como simple guía o modelo que toma como base para realizar él mismo el dibujo y que combina en una especie de collage con las invenciones de su particular universo surrealista.
Su arte desde los años setenta está muy influido por la literatura y repleto de niveles de significado, incluso en sus cuadros aparecen personajes célebres que aportan con su presencia alusiones al tema de la obra y que a menudo son la clave para entenderlos: Degas, Nijinsky, Mary Casta o Gide son algunos pobladores de estas visiones y también cita textualmente las obras de arte paralelas en iconografía. Citando algunas de sus maravillas, Milton por ejemplo cuenta entre sus creaciones con una serie de aguafuertes basados en el cuento de Henry James “La esquina alegre”, un conjunto de obras dedicadas al tema de la Bella y la Bestia que incluyen una pintura que explora el mito de forma erótica y otra serie de siete aguafuertes que conforman una reflexión del propio Milton sobre su pasado familiar evocando la Europa de la Segunda Guerra Mundial.
En la decadencia de los paisajes y habitaciones de Milton los escenarios parecen a punto de desmoronarse, combinando estilos ya ancianos con otros del presente. La arquitectura aquí aparece como una metáfora de las estructuras del pensamiento y los corredores, puertas, escaleras, son un recorrido por los entresijos caprichosos de la mente como en las visiones de Piranesi.
Los personajes espectrales que pululan por sus obras son muchas veces retratos extraídos de revistas o pertenecen a la galería de sus influencias creativas. Vagamente reflejados en espejos oscuros, cavilando en algún rincón, son elementos flotantes que conviven con el resto de mobiliario en un mundo recreado de tres dimensiones en el que sólo hay que tener la intención de traspasar el espejo para tocar con los dedos la otra realidad.La unidad espacio-tiempo se ve anulada y se sucede una simultaneidad de situaciones y personajes de momentos distintos creándose una epifanía visual, una revelación, la manifestación del todo en un momento eterno fuera del tiempo.
Peter Milton
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